El Foro Mundial de la Bicicleta que se realizó en Medellín nos demostró cómo un vehículo tan ligero y noble como la bicicleta puede mover poderosamente al mundo.
Necesité tiempo para asimilar la avalancha de ideas y emociones que me dejó este evento que reunió a más de nueve mil ciclistas, que hizo recorrer miles de kilómetros a muchas personas hasta Medellín y nos dejó esa alegría de saber que no estamos solos, que no somos los únicos ‘locos’ que piensan que es mejor en bici.
Cada interacción con un ciclista urbano de otro país parecía una terapia de grupo, creíamos que eso que queríamos cambiar solo sucedía en nuestro país: Que algunos conductores no respetan, que nuestra ciudad es la más complicada para pedalear, que los recursos que destinan los gobiernos a la promoción de medios de transporte sostenible son escasos, etc. Pero no es así, en Latinoamérica estamos viviendo procesos muy similares, tenemos mucho en común y eso tiene más peso que la distancia que separan a nuestras ciudades.
Fueron muchos eventos simultáneos, quizás por eso fue difícil reunir todas las experiencias que queríamos, escuchamos muchas historias, desde las más técnicas, donde gobernantes explicaban cómo desarrollar infraestructura bici en su ciudad, hasta las más inspiradoras como la de BLN (Belén), una artista ecuatoriana que la bicicleta sacó de su depresión y se convirtió en su inspiración o la de Zatelite, que a través de la música y el arte impulsa el uso de la bicicleta en Medellín. Todas estas historias nos demuestran que en torno a la bicicleta están pasando muchas cosas, que este vehículo trasciende por muchos aspectos de nuestras vidas y que sin lugar a dudas nos hace muy feliz.
Mural de BLN Bike en Bogotá – foto: Blog BLN Bike
De las cosas que más me impresionó de esta experiencia que trajo gente desde Brasil, México, Argentina, Ecuador, Panamá, Chile, Centroamérica, Estados Unidos, España y hasta de Rusia es que nada se planteaba como un problema, todas aquellas falencias de infraestructura, inclusión o promoción de la bicicleta siempre fueron presentadas como desafíos, situaciones que no se veían imposibles de superar, donde siempre había algo por proponer, solucionar, mejorar o incentivar. Definitivamente la gente de la bici tiene el poder de no quedarse quieta, de jugársela por su medio de transporte y unirse por obtener los resultados y gozárselos, en contraste con aquel resignado conductor que se reduce a criticar desde su cabina.
Valió la pena que el Foro se aventurara a cruzar las fronteras de Brasil, fortaleciendo su carácter mundial, y Medellín, a través de Carlos Cadena, dio el primer paso y realizó un foro increíble, fue un excelente evento, todos quedamos con ganas de más. Espero que este evento complete su maduración en Latinoamérica y que cada año vaya más lejos. No fui capaz de hacerles un resumen de todo lo que vimos en el Foro, sinceramente es indescriptible y poderoso todo lo que sucedió, solo puedo dejarles la invitación para que el próximo año no se queden con las ganas y asistan en Santiago de Chile al #FMB5 ¡tienen que vivirlo!