La buena noticia es que Cundinamarca tendrá 70 km de ciclorrutas entre municipios, la mala es que contemplan desarrollarla sobre andenes, ¿por qué insistir en un modelo destinado al fracaso?
Esta semana la Gobernación de Cundinamarca, a través de su Secretaría de Movilidad anunció la construcción de 70 kilómetros de ciclorrutas entre varios municipios de la Sabana Centro (Cajicá, Chía, Cota, Tabio y Tenjo) y la Sabana Occidente (Funza, Mosquera, Madrid, Facatativá y El Rosal) el anuncio contrasta con este reciente trino del exministro Eduardo Pizano:
Y tiene razón “Así para qué construir ciclovías” (Lea Autopista Norte: una oportunidad perdida en cicloinfraestructura), el tramo desarrollado entre la calle 245, en Bogotá, y el sector de La Caro estaba destinado al desuso porque en muchas ciudades, -incluida Bogotá- se está desestimando la construcción de ciclorrutas sobre andenes, en pro de ciclovías segregadas sobre la calzada.
¿Por qué fracasan las ciclorrutas?
En resumen porque se diseñan sin tener en cuenta al usuario final y quienes las diseñan desestiman las recomendaciones de la Guía de ciclo-infraestructura para ciudades colombianas, publicada por el Ministerio de Transporte, en ella se ponen sobre la mesa varios aspectos antes de definir el tipo de cicloinfraestructura idónea para una obra.
Los ciclistas a nivel nacional padecemos con ciclorrutas hechas por cumplir y sumar kilómetros en las rendiciones de cuentas que deben presentar alcaldías, gobernaciones y hasta las concesiones, en el caso de la Autopista Norte el tramo carece (a la fecha) de conectividad efectiva, está cargada de subidas y bajadas que pudieron ser niveladas con pompeyanos, los cuales también pudieron servir para contar con cruces más seguros.

Otro caso de “hacer por cumplir” en la Sabana Centro es el de la ciclorruta en Tabio al ingresar desde Cajicá, una ciclorruta bidireccional que en algunos puntos no supera los 80 cm. de ancho cuando la Guía de ciclo-infraestructura (p. 94) recomienda un espacio de por lo menos 200 cm. para un tramo de dos sentidos, a eso debemos sumar que el área que queda para el peatón es ‘mísera’ y apenas llega a 50 cm. en algunos puntos.
Las ciclorrutas mal planificadas están condenadas al desuso. En una ciclorruta hecha ‘por cumplir’ no puede faltar el poste atravesado. En casos donde el ancho de la acera es insuficiente no se deberían considerar soluciones sobre andenes. En algunos tramos la ciclorruta no supera los 80 cm. a pesar de ser bidireccional.
Un tercer caso es la ciclorruta entre Cajicá y Zipaquirá, que aunque tiene tramos sobre la calzada pasa de un costado de la vía al otro, condición que también desestimula el uso de esta infraestructura.
Un llamado a la reflexión
Después de esto ver estos casos, y observar que la administración pública se empeña en caer en los mismos errores, es importante hacer un llamado al gobernador, los alcaldes y sus respectivas secretarías de movilidad para evitar que se sigan extendiendo redes de ciclorrutas condenadas al desuso e invitar a que se consideren ciclovías sobre calzadas, es un tipo de infraestructura eficiente para una movilidad que depende del esfuerzo humano, estas deben ir acompañadas de cruces seguros y conectividad. Por último es importante que estos procesos tengan en cuenta a los habitantes que son en últimas quienes las vamos a utilizar.
Diversos grupos de ciclistas lanzamos esta petición en Change.org, te invitamos a firmarla aquí. Esta petición será radicada a través de los canales de atención al ciudadano dispuestos por la Gobernación de Cundinamarca.